martes, 8 de octubre de 2013

Mejores Chicas Sexys del mundo

image image image image image image image image image image image image image image image image image image Me acostó en el suelo,me miró,me sonrió,me besó y fue bajando pausadamente hacia miclítoris ,su angla jugaba en mí de guisa tan sorprendente que no podía atollar de retorcerme del Placer.de pronto paró,dejó de acariciarme y comenzó a desvalorizar los calzones al mismo plazo que contemplaba mi espesor semidesnudo y delicadamente entró en mí haciendo ademanes dulces y bausanes que iban aunmentando adecuado nos Mirabamos.cada oportunidad más y más fuertes nuestros moviemientos que quería rugir luego él no me dio plazo y me silenció con un fuerte beso,yo arañaba su cruz envoltura por aquel hábito que estaba atento por el afecto que desprendía su cuerpo,tiraba de sus cabellos,estrujaba su lascivo culo contra mí,llegando al mismo periodo a un vehemente clímax que hizo que nuestros muchedumbres quedasen exautos por aquel proceder tan Apasionado.lo más precioso de aquel plazo fue cuando él se tendió sobre mí y empezó a oír el latido de mi alma y mi nerviosa respiración,jugaba con mis rizos, observaba bastante de cerca mi badana y la besaba Dulcemente.y yo,qué podía hacer,sentía fruición y delicia por haber procedido aquel instante que en absoluto olvidaré. Cada viaje me lo encuentro por los pasillos,no nos hablamos, no obstante nos miramos, nos sonreímos, con aquellos ademanes nos decimos lo sufiente:que aquel plazo fue peculiar y que ese ardor sigue todavía adentro de nosotros maria jose , de zaragoza : La colección (I) Durante categoría sumirada se cruzaba con la Mía.el prurito de nuestros volumenes yacer era intenso,el fervor que sentía era indescriptible. Aquellos cuidados me miraban de manera tierna y excitada a la vez,fijos en mí que me impedían ejecutar mis deberes,esteba azogada y Caliente.aún así no me importaba seguirle el juego;no podía suponer que ningún pupilo se diera cuanta que entre mi profesor y yo saltaban menudencias. Al concluir la aula se acercó y me dijo que quería susurrar sobre un labor de literatura,sorprendentemente acepté sin persármelo dos sucesiones y esperé a que la ciencia estuviera Vacía.por techo estabamos solos,él me jerigonza del trabajo,yo por otro costado, no escuchaba sus ofrendas sino que me fijaba en el impulso q hacían sus resaltes al hablar,mi espesor temblaba,tenía mucho,mucho encendimiento y no esperé más para Besarlo.estupefacto se apartó y me dijo q era imprudente y que nos podiamos insertar en un lío,pero no me importó y seguí besándolo dándose por vencido y dejándose portear tan rápido que decidió trincar el cuidado acorralándome a la pared,besándome,acariciándome por Completo.no pude eludir confinar su atado que estaba vándalo y excitándome Más.recorría mis senos por abajo de mi camisa,besaba mi cuello,lo mordía suavemente,bajaba despaciosamente hacia mis pantalones,el cual quitó Rapidamente.sus tiradas fuertes acariciaban mi amor acuoso mientras tanto besaba mi acalorado Vientre.yo apretaba su chola contra mí,él sabía lo que Quería.en el firme me miró,me sonrió,me besó y fue bajando con mimos incluso mi clítoris,su lengua jugaba en mí de forma tan impactante que no paraba de retorcerme de placer. Lorena de Madrid Lorena , de Madrid : Arder como el fuego Cuando entre en construcción, un pequeño vericueto de candelas blancas se abría ante mí. \"sígueme\" decía en un pequeño papel. Como sí de un juego se tratase cumplí las órdenes. Un millar de bombillas iluminaban la habitación. La sutil claridad de las hogueras me permitió verle. Estaba tumbado en una colcha, intentando estrenar una damajuana de champán. No tuve que recitar nada. Sus fanales se posaron en los míos. Me deslice cerca de él. Sus hocicos firmes y sedosos se posaron en los míos. Con leves gitanerías me abrió la jeta e introdujo su angla. Poco a poco nuestros organismos se acercaban. Sus ósculos, quebradizos, lerdos y tranquilos fueron bajando por mi gollete. Deslizó sus jugadas por mi seno. Me quitó la flotadora y los calzones. Yo no tarde en contestar e hice lo acreditado con él. Al ser posible su badana me quemaba, ardía como fuego. Sus contactos cada sucesión más vivos, se posaban por todo mi grosor. Bajó por mi cerviz para trepar por mi seno, mi mondongo y mis cuartos traseros. Mis ancas se abrieron ante su presentación. Yo ardía por tiempos. Sus dedos recorrieron todo mi organismo. Sus partidas me abrasaban cuando tocaban mis senos. Buscó mi habla, mis belfos, mis besuqueos. Yo le deseaba tanto como él a mí. En cuanto nuestras ojeadas se encontraron le sentí. Le sentí tan en el interior como en la vida le había deplorado. Mis zancas se abrieron para dejarle llegar una y otra ocasión. Rodeé su anca con mis muslos. Le quería todo para mí. Lo quería junto a mí, adentro de mí. Perdí el sentido del periodo, del planeta. Su espécimen cada sucesión más incontinente, se movía más y más rápido. Entonces, como si de chasca se tratase, ardimos. Mª Salvador , de Valencia : La Despedida Era el término de la partida. Ella lo observaba entretanto el guardaba su acervo en el altillo del automóvil. Desaparecería de su existencia, lo sabia. No preguntaba nada. No quería saber nada. Solo lo observaba. Recorría lo que durante un instante fue suyo. Su tirabuzón, su hocica, sus aspavientos y esa expresión de dificultad que lo decía todo. Él se consuelo en el carruaje. Levanto su vista y clamor. No podía semejar las promesas, las tenebrosidades, las gachas que compartió con ella. Todo aquello que le hizo apesadumbrarse lo que en la vida más volvería a arrepentirse. Subieron contiguos al apartamento. Un último ojo a su historia. A aquellas murallas que acierto callaron. Sintió por primera oportunidad que él abandonaba poco. Mientras el cruzaba el recinto, ella salio a la azotea. No quería recapacitar nada. Solo puricarse lo que el disgusto de su busto le permitía. Entonces sintió unas pasadas que la rodearon y se quedó sin aire... Comenzó a besarle el gañote, a besar sus dedos en la hocica, apretarla cerca de él...esa sorpresa que pronto se perderá. Buscando su corteza, dejó asistir sus pezuñas abajo de la gala que gradualmente ella ayudaba a alejar. Apretaba sus senos con esas aptitudes que gol la habían robustecido. Y se sofoco en un gemido... Con el sol de la porvenir entrelazaron sus cohortes, una sucesión más, en aquel inseparable adoquinado, adonde dejaban la rastra de su vehemencia para siempre. Lo abrazó desesperadamente, hundió su hocica con la suya, sentía morirse, no podía cortar su grupo de esas pasadas que seguían apretando su busto. El se apretaba más vigorosamente con ella. Sentía su entusiasmo. Quería más, quería que menos nuevo suya, que solo el pudiera darle ese placer perdurable. Saboreo sus bustos, su dulce paladar, lamió sus endurecidos capullos. Ansiaba sentirse en el interior de ella. Quería verla boyante. Debajo de él, se perdió ante sus dedos que deseaban excavar en su enardecimiento y hacerla ulular. Tantos términos que compartieron y puntos secretos. Juegos de sonrisas que llegaron a lo más interiormente del sentimentalismo. Y se interiormente en ella. Moviéndose pausadamente, bebiendo de los lloriqueos de su hocica. La deseaba, la sentía, la tenía. Se daba cuentecilla que era el sentido de su semblanza. Que tocaba su jugo. Que sin saber como ella conseguía cavar inclusive lo más profundo de sus interiores haciéndolo debilitado a todo lo que tenía que pasarse con ella empero sobre todo cuando veía sus cuidados. Se aferró a su cintura para reanudar al mismo cuadrante. Aceleraba su ritmo, su placer, cada ocasión más rápido, más celestial. Estaba adentro de ella, y ella lo sentía. Empezaron entonces a bufar al unísono como en una tonada. Lo sentían y lo rozaban. Entonces el bendito bajo a sus quesos. Un último gemido en el que cubrió de acaloramiento el interior de su volumen para ella y una ultima huella de fruición para él. Lo miró fijamente a esos ocelos color firmamento y le dijo con su ánimo – Te quiero-. – Lo sé – dijo él. Minutos más tarde, ella parada en la vereda, se quedaba observando como el utilitario se alejaba con la persona que más había apreciado en su vida... Minutos a posteriori cambió la edad para dos personas que de ningún modo se olvidarán...

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